TITULO: EL PECADO MÁS TONTO DE UN SANTO

Subtítulo: ¿Para Qué Orar Si Puedes Preocuparte?

La presión y el estrés son los compañeros diarios de la mayoría de nosotros mientras atravesamos las rutinas de la vida. Tanto en el trabajo como en la casa nos enfrentamos a demandas que están siempre aumentando y hacemos más en menos tiempo. Aún cuando hay oportunidad de tomar unas vacaciones, ¡usualmente terminamos regresando al trabajo a descansar! Parece que cada minuto preciso tiene que ser planeado y utilizado al máximo, por lo que tratamos de rellenar cada pedacito de diversión que podamos en ese precioso tiempo libre. A lo que se le solía llamar "la carrera de ratones", ya ni siquiera tiene nombre porque a nadie le ha dado tiempo de pensar en una. Mamá y papa están convencidos de que la familia morirá de hambre si ambos no trabajan (y en muchos casos, probablemente tienen razón). Los niños están en la escuela y sus actividades regulares extra-curriculares acaparan el resto del menguante tiempo disponible. La “salida” a menudo excede el “ingreso” y llegando al fin del mes, queda más mes que dinero ¿Suena familiar? Temo que esto describe muchas familias de hoy y muy a menudo el resultado es que algunos del pueblo de Dios cometen el error de preocuparse sobre cosas. El preocuparse e irritarse es una aflicción natural y algunos son más propensos a esto que otros, pero los cristianos deben reconocer que es un pecado y es lo opuesto a la fe.

En Mateo capítulo seis, el Señor habla de los peligro de permitir que Mamón (dinero y “cosas”) se conviertan en el maestro de uno, porque uno no puede servir a Dios y a Mamón al mismo tiempo. Luego comenzando en el versículo 25 El habla acerca del peligro de deseos excesivos que van de manos con las cosas materiales:

"25Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.34Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal." (Biblia RV).

Del dicho al hecho hay mucho trecho ¿Dice usted? Bueno, todo se resume en que si realmente le creemos a Dios o no. El les dijo a Sus discípulos en el versículo 8 del capítulo seis:

"…porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis." (Biblia RV).

El apóstol Pablo les dijo a los creyentes en Filipos:

"19Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús."(Filipenses 4:19, Biblia RV).

Lo que muchos cristianos pasan por alto concerniente a las palabras del Señor en Mateo capítulo seis es el hecho de que Dios provee de alimento a las aves, pero El no la pone en sus bocas. Ellas todavía tienen que rascar y picotear por el alimento. La lección que necesitamos aprender es que El nos ama mucho más que a las aves—y proveerá abundantemente para nuestras necesidades (Filipenses 4:19 arriba). Tenemos este mal hábito de confundir nuestro querer con lo que realmente necesitamos. Cada uno de nosotros podría sostenerse con mucho menos de lo que tenemos ahora y es muy ridículo de hablar de “gente pobre” en este país. Según estándares del tercer-mundo, ¡nuestros “pobres” son realmente ricos! Más le vale creer que hay literalmente billones de personas en otros países quienes con gusto intercambiarían sus lugares con ellos. Como nación, somos bendecidos a tal grado que es casi embarazoso y aquellos que pasan hambre o desnudez, o sin techo, lo hacen a pesar de los bienes y servicios que se proveen para ellos.

No es para decir que la vida no se pone dura a veces, en la que surgen ciertas situaciones que realmente nos prueban y nos causan dolor en el corazón. Todos sabemos que estas cosas suceden y que son más bien inevitables, pero como las manejemos como cristianos es el tema en cuestión. El reaccionar a la adversidad teniendo una “fiesta de penas”  preocupándose por las cosas es definitivamente no andar por fe. Romanos 14:23(b) nos dice:

"…Y todo lo que no proviene de fe, es pecado."(Biblia RV).

Dios ama a Sus ovejas con un amor eterno y nos ha prometido que El proveerá para nosotros y nos protegerá. Nuestra respuesta apropiada es el seguir Su liderazgo sin cuestionarlo y ejercer una confianza sin vacilación en Su habilidad para hacer aquello que el ha prometido. El hacerlo de otra forma—el preocuparse e irritarse—es dudar y el dudar es pecado ¿Alguna vez ha pensado en porqué el Señor se refiere a nosotros como ovejas? Aquellos quienes conocen ovejas nos dicen que sin duda alguna, ¡son los animales más tontos en cautividad e incapaces de ayudarse a sí mismos! Para sobrevivir y prosperar, ellas deben tener un pastor y eso resume perfectamente nuestra relación con nuestro Salvador.

Para demostrar que tan tonto e infructuoso es el preocuparse, el versículo 27 de nuestro texto en Mateo seis señala que ninguno de nosotros puede—por afanarnos por eso—incrementar nuestra estatura física (hacernos más altos), o la duración de nuestras vidas. Cuando usted le da un largo y fuerte vistazo y lo analiza meticulosamente, la única conclusión lógica a la que uno puede llegar es total pérdida de tiempo. Si alguna vez alguien en algún lugar lograra algo positivo por preocuparse—entonces habría quizás alguna base razonable para tratarlo, pero usted sabe tan bien como yo que esto nunca ha pasado ¿Entonces porqué persistimos en enfrascarnos en algo que no nos hace sentir mejor, mucho menos lograr algo? (Me pregunto, ¿las ovejas se preocupan?)

Alimento, abrigo y refugio son nuestras tres necesidades básicas y el Señor ha prometido satisfacer nuestras necesidades relacionadas a ellas. Si nos encontramos enfrentando una crisis que pondrá en peligro una o todas estas tres áreas, nuestra primera respuesta debería ser el hablar con el Señor sobre ello. Pero en vez de eso, muchos de nosotros actuamos como si odiáramos molestarlo con nuestros problemas e insistir en hacer primero todo lo que nosotros podamos. Y con muchas personas esto involucra preocuparse e irritarse y trabajarse hasta molestarse. Por supuesto que el Señor "… Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo." (Salmos 103:14, Biblia RV). Nada sobre nosotros escapa a Su vista y, como el Buen Pastor, El está listo, dispuesto, y capaz de satisfacer cada una de nuestras necesidades. La Biblia nos enseña que somos las ovejas de Su prado y que somos criaturas indefensas—que necesitamos constante supervisión y cuidado. Teniendo al Buen Pastor vigilando a las ovejas, ellas no deberían tener ni una preocupación en el mundo.

La clave de ver que nuestras necesidades sean satisfechas a diario con mínimo “ajetreo” se encuentra en el versículo 33 de Mateo 6:

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."(Biblia RV, énfasis mío).

Cuando recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador personal, El entonces se convierte en la persona más importante en nuestras vidas—y con razón. Todos nosotros (los cristianos) en conjunto conformamos la “Esposa de Cristo”—la Iglesia—y El es celoso con nosotros y desea nuestra lealtad y comunión inquebrantable ¿No se vería afectada su relación con su esposo, esposa, o prometido(a) si lo descuidaran a usted y actuaran como si usted no existiera? Ciertamente lo sería y así nuestra relación con Cristo se vería afectada cuando lo descuidamos a El. Si insistimos en alejarnos de El, las necesidades de la vida podrían no ser tan fáciles de satisfacer ¡y eso será Su forma de llamarnos la atención! El nos ama y desea darnos toda cosa buena, pero nosotros primero tenemos que hacer nuestra parte y luego continuar haciéndolo ¿Qué es lo que estamos supuestos a hacer? Tenemos que tener "hambre y sed de justicia" (Mateo 5:6, RV), y hacer lo mejor para "crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo " (2 Pedro 3:18, RV). Para ponerlo de otra forma, hemos de amar a Jesucristo y asegurarnos que El esté entronado en nuestras vidas como nuestro Señor y Maestro—diariamente buscando hacer Su voluntad y viviendo para El. El dio todo de sí por nosotros y nosotros debemos de dar lo mejor para aferrarnos a El y no abandonarlo por las cosas de este mundo. Cuando estamos en el proceso de esforzarnos por complacerlo, El añadirá "estas cosas" (Mateo 6:33, RV) a nosotros. Si nosotros no lo buscamos a El y la expansión de Su reino, ¿por qué nos ha de sorprender si nuestras vidas se vuelven complicadas? Padres sabios a menudo les retienen cosas a sus hijos como una forma de disciplina y el Señor nos hace lo mismo.

Las “cosas” de este mundo—posesiones materiales—pueden convertirse fácilmente en una piedra de molino alrededor de nuestros cuellos si lo permitimos. Dios espera que usemos a las cosas y no que las cosas nos usen a nosotros. No debemos permitir que se conviertan en objetos de nuestro afecto, porque si eso sucede ¡somos culpables de idolatría! Cristianos quienes jamás soñarían de postrarse ante un ídolo pagano son sin embargo culpables del mismo pecado porque ellos han permitido que “cosas” se interpongan entre ellos y Cristo. Más veces que no, el pecado de la preocupación es cometido por aquellos que están sobre-preocupados sobre posesiones materiales y como van a conservarlas o incrementarlas. Una de las primeras lecciones que debemos aprender como cristianos es que somos esclavos de Jesucristo y no poseemos nada. Todo a lo que usualmente nos referimos como que pertenece a nosotros, realmente le pertenece a Jesucristo y El solo nos está permitiendo usarla. Somos Sus mayordomos y El nos “evalúa” según que tan bien administremos Su patrimonio. Nuestras recompensas en el cielo van a ser determinadas en lo bien que administremos y cuando vengamos a darnos cuenta que Cristo es el responsable de proveer (no nosotros), cambiará la forma en que vemos la vida. Nuestra responsabilidad primaria es ser los mejores cristianos que podemos ser—con Su ayuda—y El se encargará del resto. El preocuparse es dudar de El y la duda ciertamente no es fe. Se nos enseña que "el justo por la fe vivirá" (Romanos 1:17b, RV).

Dice una historia de una mujer que vino a su pastor buscando consejo. Al comenzar a hablar, la mujer le contó de su tristeza y su constante preocupación sobre la vida en general. Cuando ella terminó su historia de penas, el sabio predicador le dio varios versículos de las Escrituras para considerar y luego le hizo prometer que fuera a su casa ¡e hiciera dos pasteles! El continúo sus instrucciones aparentemente extrañas diciéndole que cuando ella terminara los pasteles, ella los llevaría a dos ancianitos de la iglesia. Después de entregar los pasteles, se le instruyó que se “inscribiera” para trabajo voluntario en la misión en el centro de la ciudad. Una semana más tarde ella tenía que regresar a ver el pastor y reportar su progreso. Cuando ella se reportó obedientemente al pastor, la primera pregunta que el le hizo fue que tanto progreso ella había logrado en triunfar sobre la preocupación "¿Qué preocupación?" dijo ella— ¡No he tenido tiempo para pensar, mucho menos preocuparme!"

Como dice el viejo dicho: "Una mente perezosa es el taller del diablo." Involucrarse en la obra del Señor y nunca mirar atrás. Ocuparse de satisfacer las necesidades de otros y usted tendrá poco tiempo (o necesidad) de preocuparse por las suyas.

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con Él, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. Él lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

 

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a el cómo Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

 

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación.

 

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.

 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.

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