TITULO: LA SALVACIÓN—UN CONCEPTO MUY MAL COMPRENDIDO

Subtítulo: ¡Los Muertos no Cuentan Cuentos!

(Este es el quinto de una serie de artículos que tratan sobre el importantísimo tema de la salvación y como puede ser obtenida). (Los artículos previos comienzan con www.cuttinedge.org/articles/p154.htm –luego en la p158, p159, y p160.htm nosotros recomendamos que estos artículos sean leídos, en el orden dado, antes de continuar).

En artículos previos comenzamos a explorar la doctrina de la salvación desde una perspectiva diferente. Y como yo indique en esos artículos, mi entendimiento de esta doctrina vital es definitivamente “a la manera antigua” y completamente diferente a lo que actualmente cree y enseña la mayoría. Esta diferencia de opinión es casi tan vieja como la Iglesia misma y yo, ni en mis sueños más salvajes, me creo capaz de poder resolverlo. Pero creo que todas las partes deben estar al corriente de los principios conflictivos envueltos. ¡Ambos lados de la cuestión basan sus creencias en la Palabra de Dios y nosotros tenemos un interesante dilema en que ambos no podemos estar correctos!

Nosotros interpretamos todo lo que leemos añadiéndole los significados específicos a las palabras y las frases tal y como las encontramos. Este proceso de interpretación es vital porque sin este, no habría entendimiento. Sin embargo, ¡la desafortunada realidad es que dos personas pueden leer exactamente la misma oración y llegar a diferentes conclusiones sobre lo que dice! Le ofrezco una ilustración tonta de esto citándole una línea de una rima de niños: “ Mary tuvo una pequeña oveja…” la cuestión es, ¿ “ Tenía Mary previamente la oveja, o ella la dio a luz? Si de casualidad usted insiste que la segunda es la correcta—ella la dio a luz— ¿cómo puedo convencerlo a usted de otra cosa? Bueno, más que eso, yo debo tratar de probar la imposibilidad de que tal cosa pueda pasar en primer lugar. ¡El sentido común y la lógica deben prevalecer en tales argumentos, pero muy a menudo algunas personas no pueden ver el pronostico por los árboles! Opiniones preconcebidas y prejuiciadas los restringen a una visión de túnel y sin ninguna información factual son como dominados—¿o debo yo decir “nosotros”, porque todos somos capaces de esto? Este frustrante aspecto de la naturaleza humana nos empeora en nuestra base diaria cuando interactuamos con otros, pero es especialmente volátil cuando interpretamos la Palabra de Dios.

Ahora habiendo hecho este enunciado, permítanos volver al tema en cuestión: ¿Cómo Dios salva un alma? ¿Y que exactamente dice la Biblia acerca de esto? Pero antes de poder ponernos de acuerdo en cualquier otra cosa, debemos estar de acuerdo en las reglas de nuestra discusión. Regla #1 debe ser que la Biblia es la inequívoca, infalible, y verbalmente inspirada Palabra de Dios. Sin esta necesaria y básica premisa, cualquier discusión/argumento seria sin sentido, porque debe haber una máxima autoridad.

Muchos de nosotros estamos de acuerdo también en que la salvación es un trabajo progresivo. Tiene un aspecto pasado, presente y futuro. Aquellos quienes son salvos fueron salvos en el pasado, están siendo salvados, y serán salvos en el futuro. También probablemente coincidamos en el “cómo” de la salvación—que Jesús murió por los pecados del hombre, comprándolos a través de su sacrificio sustitutorio de El mismo vertiendo Su propia sangre. Pero donde podríamos estar en desacuerdo es en el “quien, cuando y como” de la salvación.

Con respecto al “quien” de la salvación (aquellos quienes potencialmente pueden ser salvados)—la gran mayoría de los que se consideran Cristianos Evangélicos hoy creen y enseñan una doctrina de “todo el que venga”. Ellos insisten que Jesucristo vertió Su sangre por los pecados de cada uno de los hombres. Por lo tanto, cada uno de los hombres, sin excepción, tiene la opción de ejercer su “libre albedrío” y “hacer una decisión por Cristo”, y de este modo “aceptar” a Jesús como su Señor y Salvador personal. ¡Este punto de vista es tan difícil de sostener que todo el que se atreva a contradecirlo coquetea con el riesgo de ser acusado de blasfemo! Bueno, sea como sea, la preponderancia de las Escrituras enseñan un concepto enteramente diferente. No niego que la doctrina popular tiene una base aparentemente Escritural, porque yo también la creí, la enseñe, y predique por muchos años. Sin embargo, mientras continuaba estudiando las Escrituras y leyendo teología, descubrí que había otro lado del asunto—un lado muy convincente.

Mientras intento explicarle esta “vieja” posición – la sólida posición doctrinal histórica de nuestros antepasados en la fe, déjenos llevar en la mente la analogía de “Mary tuvo una pequeña oveja”, porque las palabras y las frases pueden ser manipuladas para arreglar una posición doctrinal. Soy de opinión de que casi toda teoría doctrinal debe ser hecha para aparentar legitima a través de la selección hábil del soporte de las Escrituras. Además, mantengo que Charles Finney, el altamente respetado evangelista de los 1800 hizo esto cuando creó lo que llamó su “ nueva medida para una nueva teología”. Utilizando lo que luego se convirtió en algunos versos claves, Finney casi revoluciona la posición doctrinal de sus días. Y aquello que evolucionó de un pequeño inicio es ahora la doctrina definitiva de millones de Cristianos Evangélicos. (¡El hecho mismo de su popularidad y propiedades “ecuménicas” las cuales unieron diversas denominaciones debieron haber puesto muy nerviosos a los conservadores y fundamentalistas creyentes Cristianos!)

La vieja visión de quienes serian salvos toma en gran consideración la doctrina de la Biblia de la predestinación (la cual, si Dios quiere, será mas ampliamente tratada en artículos siguientes), sin tratar de jugar con su presciencia como prerequisito. Basta con decir en este punto que Romanos 8:28-30 es la llave para definir “ el Plan de Dios para los Siglos”. El final del verso 28 contiene esta frase: “…a los que conforme a su propósito son llamados.” (RV1960). El inicio del verso dice, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…”. ¿A quien se esta refiriendo? Por supuesto que es para los hijos elegidos de Dios—los Cristianos genuinos. Luego, de acuerdo a este verso, nos referimos a “los llamados” – lo cual es sinónimo de la doctrina de la elección. (Tarde o temprano—estaremos de acuerdo). Ahora bien, ¿Cómo somos llamados? “De acuerdo a Su propósito”, es la respuesta. ¿Cuál es el propósito de Dios? En el Griego, la palabra para “propósito” es el nombre prothesis y, de acuerdo al Diccionario Vine Expositivo del Nuevo Testamento, significa “una exposición, un propósito”. ¿Cuál es la definición en ingles de la palabra “propósito”? El Diccionario de la Nueva Universidad de Riverside define el nombre “propósito” como: “1. El objeto tras el cual uno se esfuerza o por el cual existe: META. 2. Un deseo o intención resultante o efecto”. Seguro, ¿todos nosotros podemos entender y estar de acuerdo que el propósito, una meta, presupone un plan? Los Cristianos genuinos son entonces hijos elegidos de Dios – elegidos por El para estar en Cristo antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4).

¿Tiene usted algún pasatiempo? ¡Yo amo intentar ser un carpintero, pero la mayoría del tiempo termino siendo un “asesino de la madera”! Hay un viejo dicho entre nuestra fraternidad que dice: “¡Mide dos veces y corta una!”. Y he experimentado la sabiduría de este dicho muchas veces aprendiendo de la manera dura que debo ser extremadamente cuidadoso al seguir las medidas contenidas en los planes. Además nosotros sabemos que Dios no necesita hacer planes detallados de la misma manera que nosotros, no obstante la Biblia enseña que Él tiene un plan para nosotros junto a Su universo. Y este es el plan que precede la implementación. En la llamada “Cadena de oro de la Redención” (Romanos 8:28-30), por favor note que el propósito precede al preconocimiento. La razón de que haga hincapié en este punto es porque la presciencia de Dios juega una parte extraordinaria en la posición doctrinal actualmente popular. Esta creencia dice que, por la presciencia de Dios, Él fue capaz de ver a través de los corredores del tiempo y mirar quienes lo “aceptarían” cuando fueran confrontados con el mensaje del Evangelio. Entonces basados en esta presciencia, Él predestinó aquellos individuos a ser salvos. Esto suena lo suficientemente razonable (y yo lo consumí por mucho tiempo), pero esto es fatalmente imperfecto. Aun si razonáramos que la presciencia de Dios fue utilizada al determinar Su Plan de los Siglos (y esto no es así, porque su Omnisciencia no puede en ninguna manera depender de Su presciencia), ¡el mismo acto de “aceptar” a Cristo es imposible! Como ya he citado repetidas veces en artículos previos, cada humano nace en este mundo muerto espiritualmente (Efesios 2:1), y totalmente incapaz de entender los asuntos espirituales (1 Corintios 2:14). ¡Esto es profundo! ¡No lo pase por alto! El hombre muerto –incapaz de entender lo que es discernido espiritualmente – no puede posiblemente “hacer una decisión por Cristo”. ¡Todavía, los teólogos que mantienen esta popular doctrina tratan de superar esta roca en el camino sosteniendo que Dios “restaura” la habilidad de hacer una decisión! Pero hasta la fecha, solo he visto un solo verso ofrecido para soportar la teoría y mantengo que es muy flojo para ser usado. Luego mientras empezamos a analizar todo esto y compararlo con toda la Escritura, se hace aun más claro que una doctrina preconcebida ha sido forzada sobre la Palabra y “textos probados” tomados para soportarla (esto es llamado “exégesis” por los teólogos).

¿Porque se dedicaría alguien a crear tal doctrina? No le puedo decir ciertamente, pero me parece que vino como resultado directo de una reacción puramente humana ante una verdad ineludible. ¡El Apóstol Pablo expone sobre la doctrina de la predestinación en el libro de Romanos, capitulo ocho y nueve, y hace un caso fuerte del hecho de que Dios elige a algunos y rechaza al resto! “ ¡Oh, pero esto no puede ser! Seguramente esto hará de Dios uno “que hace acepción de personas” y Su Palabra dice que El no lo es” (2 Samuel 14:14; Hechos 10:34). ¿Que haremos con esto? La palabra “acepción” es generalmente entendida como “mostrarse parcializado”, ¿así que la Biblia enseña que Dios muestra parcialidad para con Sus elegidos? ¡Esto depende de cómo lo vea! Romanos 9:10-13 claramente exhibe imparcialidad en la elección de Dios entre Jacob y Esaú con respecto a sus trabajos, porque cuando no habían nacido aun – ellos no tenían trabajo:

Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió (dos niños bajo las mismas circunstancias) de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

Y no estoy de acuerdo con suavizar la oración acerca del “aborrecimiento” de Dios para con Esaú, porque es una referencia que hace el apóstol Pablo del libro de Malaquias del Antiguo Testamento. ¡La palabra Hebrea de “aborrecer” es sane y significa justo eso—aborrecer! (La penetrante creencia de que Dios ama a todos, sin excepción, es la razón para el comentario adicional del traductor). Pero en todo caso, el diseño de Dios para los dos hermanos fue definitivamente predeterminado y nada pudieron ellos hacer, para intervenir en Su decisión. No hubo ninguna parcialidad demostrada, ¡y ni nuestra mente limitada y depravada tiene problemas como esto puede ser así, Dios dijo y esto es así! Pero por otro lado, ¿cómo uno puede expresar amor por otros y no mostrar parcialidad? Dios no se parcializa con las personas porque Su Palabra lo dice así—¡todavía detrás de la pregunta El expresa su Amor para con todos los que El ha elegido! ¿No es completamente obvio que hay algo acerca de esta relación que simplemente no podemos entender? ¡Ciertamente! Y no tenemos opción más que confiar en lo que la Biblia dice y todo lo que dice sobre el tema. Aquí es donde el hombre trata de “ayudar a Dios” elaborando una escena teológica que concluimos creyendo y siguiendo una falsa doctrina. Él eligió algunos para salvación y rechazó al resto de la humanidad por razones solamente conocidas por Él y toda explicación diseñada para negar este hecho y hacerlo más aceptable no es Bíblico. Y mientras más pronto entendamos que no podemos atar todos los cabos sueltos de este enigma teológico, mejor. ¡Debería ser evidente para todos tomando el tiempo y haciendo el esfuerzo de pensar acerca de esto que nuestros instintos humanos depravados gritan “¡No es justo!”, cuando vemos el tema de la soberana elección de Dios.

Y es totalmente fascinante leer donde muchos de los teólogos admiten que no tienen problemas con que Dios mande a todos los hombres al infierno—porque ellos entienden el concepto Bíblico del pecado universal—todavía ellos rechazan categóricamente la posición de Dios de salvar por gracia algunos y rechazar al resto. Esto es por lo que la posición de los Arminianos sobre soteriología fue incubada en primer lugar. Esto claramente “perdona” a Dios basando Su elección en las futuras acciones del individuo en cuestión. De acuerdo con esta posición, la salvación del hombre es condicionada a su aceptación de Cristo y, si Lo rechaza, no tiene a quien culpar solo a el mismo. ¡Pero la Biblia dice que el hombre no tiene a quien culpar de ninguna manera! (Romanos 1:20—“…no tienen excusa”). Y si fuera por él, nunca buscaría a Dios (Romanos 3:11). ¡El esta espiritualmente muerto (Efesios 2:1), incapaz de entender lo que se discierne espiritualmente (1 Corintios 2:14), y esclavo de Satanás! (Efesios 2:2). ¿Aceptar a Cristo? ¿Como?!!!

Busque las Escrituras desde Génesis hasta Apocalipsis y usted no encontrará una sola referencia acerca de que alguien haya “aceptado” a Cristo o “hecho una decisión” por Él. Estos son conceptos y terminologías dispersadas por los Arminianos y refinadas/propagadas por muchos otros—incluyendo Juan Wesley y Charles Finney. Ellos son responsables por la preocupación casi histérica con el evangelismo confrontacional y el asistente “cuenta narices” que va con esto. El “ganador” de almas para Cristo es otro concepto que no tiene base Bíblica—en el sentido que el termino es usado hoy.

¿Cómo en el nombre de la razón puede uno utilizar métodos que se han aprendido a través de “los seminarios de ganar almas” para cautivar a las almas para Cristo—además “ganarlas”, cuando la persona esta espiritualmente muerta y totalmente incapaz de entender nada? El éxito es manipular a otros a través de una repetición de la “oración del pecador” y derramar algunas lagrimas, ¡esto no hace un convertido genuino! La Iglesia se ha llenado hasta rebosar con tales métodos y ya es tiempo de que la mayoría despierte a la realidad. ¡Solo el Espíritu Santo puede ganar las almas para Cristo, porque El es el único con esas credenciales! ¡La creencia errónea en las técnicas de evangelismo en masa ha sido disputado hoy y los métodos mercadeados por los expertos en mega iglesias--todas serán vaciadas (o cambiadas) de la noche a la mañana por predicaciones que tomaron lugar hace años! Eche fuera el entretenimiento y póngale los pies en el fuego del Espíritu Santo- dele estudios y predicaciones inspiradas por Él, y un remanente permanecerá para escuchar. ¡Le dije esto a un pastor que conoce a J. Vernon Mcgee (del programa de radio “A través de la Biblia) fue justo cuando años atrás lamentaba algo del efecto de que “nadie realmente quiere estudiar a Biblia!”. Tu responsabilidad y la mía es primero y sobre todo ser los mejores receptáculos del Espíritu Santo que podamos ser-- Cooperando con Él para con nuestra propia madurez espiritual. Mientras crecemos en la gracia y conocimiento de Cristo y experimentamos el éxito de “mortificar nuestra carne”—de este modo rindiéndonos más y más al Espíritu—las almas serán ganadas para Cristo como resultado. El Espíritu Santo velará por eso y El las ganará, no nosotros. Nuestro testimonio de Cristo es lo más preciado que poseemos y será en gran parte de poco valor en lo que concierne a otros, si no aprendemos estos principios espirituales básicos. Las buenas intenciones y la doctrina hereje no se mezclan.

Yo ciertamente no deseo ser mal entendido y acusado de estar en contra del evangelismo—porque es de vital importancia. Mi sola intención es llamar la atención a una doctrina que promueve una idea antibiblica de que cuando Dios “llama a alguien para arrepentimiento” y esta “convencido”, el puede decidir aceptar o rechazar a Cristo como su Salvador. Este no tan solo ubica el destino final de su alma en las manos del individuo, sino que también fomenta el concepto de que los “ganadores de almas” pueden ser testigos y ganar individuos para Cristo utilizando las palabras y a las técnicas correctas—una creencia perniciosa totalmente sin base escritural. ¡El libre albedrío, como un concepto, vino tras la Iglesia Católica Romana y no puede ser defendida por las Escrituras! Cuando son presionados por una base textual, solo un verso es suministrado:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”(RV 1960).

La premisa ha sido que el hombre ejercita su libre voluntad y recibe a Cristo—eso es, que ellos libremente le dan la bienvenida a El a sus vidas. ¿Pero usted no cree que un solo verso es muy poco adecuado para soportar tal asunto de tanta importancia? ¿Especialmente cuando el verso 13 destruye completamente la premisa? Mire lo que dice— ¡justo el siguiente verso!
“los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”(RV 1960).

El verso 11 dice que El vino a los que le pertenecían a El—a Sus criaturas—y aquellos que eran de El no le recibieron. Increíblemente el verso 12 dice que algunos si lo recibieron --¿Cómo puede esto ser posible? Nuestro entendimiento debe enfocarse en la palabra “recibir”, donde encontraremos que obviamente no significa “dar la bienvenida con los brazos abiertos” como la interpretación usual de hoy. El Griego es lambano, no proslambano como probablemente será el caso si “bienvenido” fuera usado. No, la palabra—especialmente a la luz del verso 13—debe ser interpretada como “adquirir”. Aquellos quienes “adquieren” (reciben) a Cristo nacen a través de la voluntad de Dios—¡no por la voluntad de ellos! Usted puede ver, un individuo muerto espiritualmente se le debe dar vida espiritual antes que le sea posible creer. Aquellos quienes no entienden lo que es discernido espiritualmente (1 Corintios 2:14), deben superar esto antes de creer. Para llevarse a cabo esto, Dios regenera al individuo elegido y luego este cree como un acto consecuente. Hechos 13:48 (b) dice:

“….y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.”
Aquellos que defienden la posición del libre albedrío también insisten en que Dios restaura la suficiente habilidad a los individuos perdidos para hacerlos capaces de aceptar a Cristo. Cito al teólogo Henry C. Thiessen, tomado de su libro titulado “Teología Sistemática” (p.345):

“Ya que la humanidad esta muerta y sin esperanza en delitos y pecados y no puede obtener la salvación, Dios por gracia restaura a todos los hombres con la suficiente habilidad de hacer una decisión en asuntos de sumisión a Él. Este es la atracción a la salvación por gracia de Dios que es para todo hombre. En Su presciencia Él percibe qué hará cada uno con su habilidad restaurada, y los hombres elegidos para salvación en armonía con Su conocimiento de su elección por Él….”

Así que vemos que esta nota teológica carga toda la premisa sobre un (1) verso de las Escrituras__Tito 2:11, donde leemos:

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” .
Una vez más debo señalar que este texto es una prueba muy débil para una tan fuerte suposición doctrinal. ¡Pero una vez usted traga la nueva teología de Charles Finney “de cabo a rabo”, pocas opciones le son dejadas para usted! Yo sostengo que tanto el libre albedrío y la habilidad de ejercerla son obviamente dos conceptos que han sido forzados en las exégesis de las Escrituras y no derivadas de ellas. Mas adelante les presento que si ninguno de estos principios doctrinales fueran validos, el apóstol Pablo los hubiera cubierto en silencio en sus epístolas. Pero este no es el caso, ¿qué otra conclusión puedo alcanzar?

Finalmente, los dejare con esta información relativa al libre albedrío. Las siguientes son citas deducidas en el Concilio de Trento (1563)—la confesión estándar de la doctrina Católica Romana:

“Si alguien puede afirmar, que el libre albedrío del hombre, movida y ejercida por Dios, no por consentimiento coopera con Dios para alcanzar la justificación; y si más aun, alguien dice, que la voluntad humana no puede rehusar acceder, si es complacida; pero que es inactiva, y simplemente pasiva; el tal sea maldito.” “Si alguien afirma, que por la caída de Adam, el libre albedrío del hombre se perdió o se extinguió; o, que esto es algo titular, si un nombre, y una ficción introducida por Satán en la iglesia; el tal sea maldito. ”Hay dos de muchos anatemas (maldiciones) puestas por la Iglesia Católica sobre aquellos que están en desacuerdo con sus doctrinas. Y esto revela que los Cristianos fundamentalistas que sostienen el “ libre albedrío” están de acuerdo con el dogma de la Iglesia Católica!

Si el Señor lo permite, esto continuará…..

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