TITULO: MUJERES EN EL MINISTERIO

 

Subtitulo: Una mirada a lo que dice la Escritura y a su práctica anti-Bíblica.

 

La Canción de 1964 de Bob Dylan “The times they are a-changin” (Los tiempos están cambiando), ciertamente reflejó el trastorno vivido en esa época. ¡Y muy pocos, por no decir ninguno, dentro de lo “establecido” podría reconocer que tan profundo sería movida la sociedad Americana en lo espiritual y lo político!

 

Durante esa época, la búsqueda de una enmienda de igualdad de derechos por parte del Movimiento de Liberación Femenino causó cierto alboroto. Y aunque yo creo que la mayoría de los hombres piensan en que la misma cantidad de paga debe darse por la misma cantidad de trabajo sin importar el sexo, el trauma social que produjo la gran cantidad de mujeres que formaron parte de la fuerza de trabajo durante la segunda guerra mundial causó un contragolpe que aún resuena en nuestros días. Desde siempre los hombres han sido quienes lleven el pan a la mesa familiar y cuando las mujeres (particularmente las mujeres casadas) se adentraron dentro de la competencia laboral, ¡no fueron muy bienvenidas del todo! Tal competencia fue vista por los hombres como una forma de “quitar la comida de la boca de sus hijos”. El código social no escrito era que se suponía que los esposos fuesen quienes proveyeran a su familia y el rol de la mujer era limitado al cuidado del hogar y de los niños. Así que si el trabajo fuera del hogar era necesario, o deseado por ella, es decir la esposa, tendrían que ser trabajos tradicionalmente dirigidos hacia la mujer.

 

Llámelo chauvinista si lo desea, pero fue la norma por muchos cientos de años. Y la destrucción de esa tradición durante la última parte del siglo veinte continúa teniendo serias consecuencias.

 

En un artículo de la Prensa Asociada titulado: “Líderes feministas y críticos están de acuerdo en que los tiempos están duros para el Movimiento De Liberación Femenina” (Tuscaloosa Noticias, 10 de Enero, 2004), los últimos dos párrafos de este artículo se leen como sigue:

 

            “Las líderes feministas han fallado en seguirle el paso a los tiempos actuales”, dijo Christina Hoff Sommers, una representante del Instituto Americano de Empresas, cuyos escritos poseen criticas duras en contra de grupos como NOW (National Organization of  Women) o ONM (Organización Nacional de Mujeres).

 

“Las mujeres han alcanzado igualdad con los hombres en la mayoría de los campos”, dijo ella. “Usted creería que las feministas y profesores de estudios a favor de las mujeres estarían celebrando, pero la realidad es que nunca habían estado tan impotentes como ahora” (Énfasis del autor)

 

¿Cuál usted cree sea la mayor razón para esta falta de celebración y júbilo? ¿Acaso no han alcanzado su propósito de estar a la par socialmente hablando con los hombres? Ciertamente han alcanzado su meta, sin embargo, viendo la realidad de las cosas, ¡se han dado cuenta que ser iguales a los hombres no logró concederles los deseos de sus corazones!

 

Mientras la batalla por la igualdad de derechos se llevaba a cabo y las legislaturas estatales debatían si incluir o no la enmienda de igualdad de derechos, leí que alguien había entrevistado a un representante del estado de la Florida. Este individuo particular había terminado un discurso emocional en el cual urgía que se votara en contra de dicha enmienda. Entonces el reportero que hizo está entrevista sintiendo que esto podría ser un artículo de noticias muy importante, le pidió que comentara más al respecto y nunca he podido olvidar la respuesta de esta persona. Básicamente su punto de vista era que, al igual que muchos de los hombres de la época, las mujeres eran el “sexo más justo”. Debían ser colocadas en un pedestal y ser tratadas con gran honor y respeto. Y el dijo, que ¡le dolería en el corazón tener que bajarlas de ese pedestal y colocarlas debajo en igualdad con el hombre!

 

Mis amigos, el ser caballeroso al parecer no ha desaparecido del todo y su degradación puede ser atribuida directamente a este trastorno social. El “techo de cristal” de la América Corporativa es algo del pasado puesto que las mujeres han tenido logros considerables en el mundo laboral del día a día. Sin embargo, muchas se han dado cuenta demasiado tarde de que han tenido que pagar un precio muy alto en el proceso. El llamado de sirena de una carrera creó un conflicto en su innato deseo de tener hijos el cual decidieron omitir. Ahora el reloj biológico a dejado de funcionar y la época de la maternidad les ha pasado por encima. Teniendo en si mismas heridas emocionales, frutos agrios que nunca sanaran. De estos nos surge la siguiente pregunta: ¿Valió la pena vencer la “opresión” social que representaba el hogar y el ser mujer?

 

Así que llegamos a la intención de este articulo. El caso de la igualdad dio tremendo ímpetu a una tendencia que había sido previamente un chorrito y lo convirtió en una inundación.  Con su nueva autoridad encontrada en lo político y económico, las mujeres “liberadas” estaban determinadas a superar cada obstáculo impuesto ante ellas por una sociedad dominada por hombres chauvinistas.

Y lo superaron – incluso al punto que insistían ser ordenadas en el ministerio Cristiano. ¿Pero era esa forzada inclusión Escritural? ¡Absolutamente no!

 

Desde el principio Dios dio las instrucciones bien claras – a los hombres se les asigno la responsabilidad de ser la cabeza espiritual del hogar y cada uno será responsable delante de Dios por su conducta. A las mujeres se les relego a un cargo subordinado y la razón está claramente declarada por el Apóstol Pablo en su primera carta a Timoteo:

“La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. [12] Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. [13]Porque Adán fue formado primero,(C) después Eva; [14] y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. [15] Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”. 1 Timoteo 2; 11-15 (VRV)

Un rol subordinado no significa en ninguna manera un cargo de inferioridad. Toda organización requiere del establecimiento de una estructura para que la misma funcione correctamente y esto es aplicativo tanto para la familia como para la iglesia local. Alguien tiene que estar al mando o el caos se apoderaría y Dios no dejo esa responsabilidad en duda. Los hombres no buscaron el liderazgo, sin embargo lo tenían   -- ¡les guste o no! Así que prestemos atención particular al verso 12. Muchos hoy en día continúan acusando a Pablo de “odiar a las mujeres” a causa de estas palabras, ¡pero debemos tener en mente que estas palabras fueron inspiración divina! Jesucristo reveló la gran doctrina de la fe al Apóstol Pablo mientras estuvo andando en el desierto de Arabia y le adjudicó que la enseñase a los demás.

 

“Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”.  Gálatas 1; 11-12 (VRV)

“Ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.  Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días” Gálatas 1; 17-18 (VRV)

Así que si usted tiene algún problema con lo que el dijo, ¡usted está disputando con instrucciones directas dadas por el Hijo de Dios!

 

En ningún lugar del Antiguo Testamento y en ningún instante de la historia del mismo vemos que una mujer sirviera como sacerdotisa. El presbiterio y el servicio en el tabernáculo (Templo) estaba fuera de los limites de la mujer y esa prohibición permaneció incambiable durante esta época. Entonces cuando inicia la era del Nuevo Testamento, los Apóstoles, Pastores, Sacerdotes, Ancianos, Diáconos y Evangelistas fueron hombres exclusivamente. Cada uno llamado y señalado por el Espíritu Santo. Sus calificativos son señalados en los pasajes siguientes:

 

“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús”. 1 Timoteo 3; 1-13  (VRV)

 

“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”. Tito 1; 5-9 (VRV)

El termino “obispo” se refiere al oficio de ministro o pastor y el termino “anciano” se refiere a hombres que ocupan esa posición. Estos son los predicadores, evangelistas y misioneros – los cuales deben tener el llamado de Dios a estos ministerios. El termino “diácono” se refiere al oficio desempeñado por hombres de Dios seleccionados por la congregación para asistir a los ministros en las necesidades de la grey. La concordancia de Strong dice lo siguiente acerca de este oficio:

diakoneo, dee-ak-on-eh´-o; del Griego 1249 (diáconos); ser uno que atiende, ie. Esperar por (significando uno que atiende, amigo o (figuradamente) quien enseña); técnicamente actuar como un diacono Cristiano: - el oficio de un diacono es servir junto al ministro.

En Romanos 16:1, el apóstol Pablo dice acerca de Febe que es “diaconisa (diakonia, o servidora) de la iglesia de Cencrea” y de este verso muchos insisten en admitir que se trata de mujeres que ejercen el diaconado como tal. Pero en vista de las cualidades necesarias para ejercer este ministerio señaladas más arriba, nos da ha entender la naturaleza del servicio de Febe y no que ella sostenía dicho cargo oficial.

Algunos historiadores sostienen que a lo largo de la Historia de la Iglesia algunas mujeres han ocupado ocasionalmente el rol de “predicadoras”, pero fue sino hasta la Reforma Protestante y el nacimiento del “Metodismo” de John Wesley que las mujeres lo hacían, la predicación, en números significativos. Y esa excursión murió rápidamente – como se debía esperar – debido a la presión del literalismo Bíblico.

Sin embargo el Pentecostalismo revivió esta práctica y, como dijimos anteriormente, el movimiento feminista le dio un mayor empuje.  Ahora denominaciones de “línea dura” están siendo presionadas a ordenar mujeres al ministerio.

¡Amados, esta situación hace un llamado a que ejercitemos el sentido común! ¿Aparenta razonable para usted que Dios permitiría que el machismo imperante de la época suprimiera a las predicadoras por más de 2000 años si hubiese sido su voluntad que ocuparan dicho puesto? Tal como dijo el apóstol Pablo: “ …!ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Corintios 9:16b). Tal como dijo Jonah of old, ¡el que ha sido llamado a predicar no puede continuar estando callado!

Tarde o temprano tendrá que proclamar el mensaje y solo aquel que ha sido llamado para tales fines podrá apreciar este hecho. El deseo de predicar es ampliamente diferente al ardiente y consumidor llamado a hacerlo. Y aquellos que son consumidos por el llamado hallaran la forma de proclamar dicho mensaje, puesto que Dios mismo hará que esto sea así.

¿También no encuentra usted interesante que a medida que este fenómeno comienza a tomar fuerzas, la apostasía se está esparciendo como una plaga? Una no es necesariamente la causa de la otra, sin embargo personalmente creo que es un síntoma ineludible. La doctrina de las “Mujeres ministros” es una contradicción espiritual y aquellos que son engañados por la misma no son sabios.

Cualquier predicador llamado por Dios puede darse cuenta que, las damas han sido tradicionalmente la espina dorsal de cada iglesia local. Su fidelidad a la obra sobrepasa grandemente aquella del hombre promedio y su naturaleza compasiva es una cualidad indispensable a lo que refiere al servicio a Cristo. El comportamiento santo y casto de las mujeres cristianas ha servido por mucho tiempo de ejemplo de luz para que todos vean. Sin embargo el movimiento feminista abrió la caja de Pandora, por así decirlo, y en mi opinión el declive espiritual más grande de toda la historia que se haya dado lugar entre las mujeres que profesan la fe en Cristo.

Los hombres sin Dios por naturaleza son ásperos y se inclinan hacia lo profano -- ¿entonces que más hay de nuevo en esto? Una caída desde una posición cercana al fondo no es muy dramática o significativa. Pero cuando grandes masas de mujeres, muchas de las cuales fueron Cristianas, adjudican sus despreciados roles como símbolos de virtud y respeto – un masivo pero silente terremoto ha conmovido las fundaciones de nuestra sociedad. Tal como Adán y Eva adquirieron el conocimiento del bien y del mal, así las mujeres han caído a ser iguales a los hombres y que Dios tenga misericordia de nosotros.

   

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con Él, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. Él lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

 

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a el cómo Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

 

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación.

 

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.

 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.

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