EL MEJOR AMIGO DE UN MARINERO

 

Durante Una Tormenta, ¡Un Ancla Es Útil!

 

Yo leí una vez una broma sobre un Explorador Marino (Boy Scouts de Norteamérica), quien estaba tomando un exámen oral. Cuando el jefe explorador le preguntó qué haría él si viniera una tormenta repentina del Norte, su respuesta fue, “Yo lanzaría un ancla de manga y pusiera el amarre en dirección del viento.” Vino la otra pregunta, “¿Pero qué haría si otra tormenta viniera del Sur?” a lo que el joven respondió que el arrojaría otra ancla. Entonces, para que se pusiera gracioso, le preguntaron de una tercera posibilidad – ¡otra tormenta viniendo del Este! Entonces, cuando respondió exactamente lo mismo por tercera vez, el Jefe de Scuts le preguntó que de donde él conseguía todas esas anclas. Sin dudar el scout respondió, “!Del mismo lugar de donde usted consigue todas las tormentas!”

 

Si usted es lo bastante adulto como para haber experimentado lo que la vida nos lanza a todos nosotros, sabrá que la analogía de una tormenta es un término apropiado para lo que sucede con tanta frecuencia. Y cuando los vientos de la adversidad aullan, pocas cosas son más reconfortantes para el creyente que tener un “ancla” para salvar nuestra embarcación de ser despedazada por las olas.

 

“La cual [ahora]tenemos [esperanza]como segura y firme ancla del alma [no se puede deslizar y no se puede romper bajo cualquiera que se pare sobre ella –una esperanza], y que penetra hasta [la certeza misma de la Presencia] dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros [por adelantado] como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden (con el rango) de Melquisedec.” Hebreos 6:19-20 (Biblia Amplificada)

 

El escritor del libro de Hebreos (quien personalmente creo fue el Apóstol Pablo), les hizo este comentario a los Judíos creyentes, quienes estaban fluctuantes en su fe. Y para exhortarles, el dijo que la “esperanza” es el ancla de sus almas. Pero el no está hablando de la esperanza en el senitdo de, “Bueno, eso espero”. ¡Aferrarse a ese tipo de fe no es nada reconfortante cuando el barco está a punto de hundirse! Lo que esos “marineros” necesitaban era un ancla que ellos pudieran lanzar hacia afuera y estar confiados de que estabilizaría su pequeño bote y lo mantendría a flote durante la tormenta. En otras palabras, su “esperanza” sería una ardiente espectación, en lugar de una débil “esperanza” o un último recurso.

 

Así que, ¿cual “esperanza” en el sentido de una ardiente expectación estaba ofreciéndoles Pablo? La respuesta definitiva se encuentra en su epístola a Tito:

 

“Aguardando [el cumplimiento, la realización de] la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (el Mesías, el Ungido)” Tito 2:13 (Biblia Amplificada).

 

Los verdaderos creyentes tienen sus anclas sólidamente cavadas en la roca viva de Jesucristo. Y, por la fe que Dios mismo nos suple, salimos de las tormentas por anticipar ansiosa y ardientemente el retorno inminente de nuestro Señor y Salvador – nuestra “Bendita Esperanza”.

 

Sabemos que Su asencion al cielo no fue permanente y que El vendría otra vez para recibirnos a El mismo:

 

“En la casa de mi Padre muchas moradas (casas) hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, á preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré á mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” Juan 14:2-3 (Reina Valera 1909, énfasis mio)

 

“Y habiendo dicho estas cosas, viendo lo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos. Y estando con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él iba, he aquí dos varones se pusieron junto á ellos en vestidos blancos; Los cuales también les dijeron: Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.” Hechos 1:9-11 (Reina Valera 1909, énfasis mio).

 

¿Está el ancla de su alma manteniendo su barco a flote, o tendria usted que admitir que a veces se siente como el hombre ahogandose que ya ha “estado abajo dos veces” y luchando contra la tercera y ultima vez? (un viejo adagio dice que un hombre ahogandose baja tres veces). Si usted es un creyente, las palabras del viejo himno “Parado en las Promesas” serían un gran consuelo. La segunda estrofa dice: “Parado en las promesas que no pueden fallar, cuando las tormentas de duda y temor asaltan. Por la Palabra viva de Dios yo prevaleceré, parado en las promesas de Dios.”

 

Note que es la Palabra viva de Dios por la que prevaleceremos. Pararnos en las promesas de Dios por fe nos da la clase correcta de esperanza, pero la Palabra viva de Dios – Jesucristo – es el Ancla en la que nos mantenemos seguros.

 

“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fué hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres…Y aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:1-4, 14 (Reina Valera 1909, énfasis mio)

 

Mi amigo, si usted comprende que esta perdido en los mares tempestuosos de la vida, en un bote improvisado (sin una vela, ni un timón, mucho menos un ancla), le urjo a considerar las promesas hechas por Jesucristo –Dios hecho carne. Primero que todo, El ha prometido salvar a todos los que vengan a El en fe absoluta – confiando totalmente en El para el destino de su alma eterna. Pero dejeme informarle que portarse bien, o ir a la iglesia, o ayudar a las ancianitas a cruzar la calle ¡no lo cambiará!

 

Otra maxima dice que un hombre ahogandose “agarrará un sorbete” en un desesperado intento por salvarse a si mismo. Y muchos millones continuan hundiendose bajo las olas cuando tratan de asirse a los “sorbetes religiosos” que se les ofrecen. Esos sorbetes consisten básicamente en la enseñanza que dice que uno debe “hacer” algo para ser salvo, como “hacer profesión de fe”, “uniéndose a la iglesia”, o “bautizándose”. Y aunque esas cosas son buenas vistas desde el contexto apropiado, por sí mismas no son suficientes. La salvación no es más que recibir la Persona de Jesucristo en la vida de uno. Orar, hacer promesas, ir a la iglesia cada vez que se abran sus puertas, haciendo buenas obras, etc., etc., no ….. porque la obra personal no salva.

 

“Porque por gracia (favor inmerecido de Dios) sois salvos (libertados del juicio y hechos participantes de la salvacion de Cristo) por [su] fe; y esto [salvacion] no de vosotros [de tu propia iniciativa, no viene por tu propio esfuerzo], pues es don de Dios: No por obras [no por el cumplimiento de los requerimientos de la Ley], para que nadie se gloríe. [No es el resultado de qué alguien pudiera hacer, para que nadie se enorgullezca de si mismo o tome gloria para sí mismo.]” Efesios 2:8-9 (Biblia Amplificada).

 

Observe, Dios no esta en la obligación de salvar a nadie. Si El decide hacerlo es siempre …extendiendo gracia a ese individo. Dignidad personal o la ridicula percepción de ello no lo impresionan, porque de hecho--¡ninguno de nosotros tiene ninguna! El mejor hombre alguna vez salvado fue un muerto espiritualmente y podrido en el infierno, merecedor de una eternidad separado de Dios, junto con todos los tormentos asociados con estar en ese estado. Mire, cuando Adan voluntariamente y conscientemente desobedeció a Dios, y mordió la fruta prohibida, el pecado como concepto fue introducido dentro del universo moral. Y el resultado instantáneo fue una sobrenatural “tormenta” mas alla de nuestra capacidad de comprensión. Fue tan grave, que nuestros primeros padres, Adan y Eva, murieron al instante –tal como Dios dijo que sucedería (Génesis 2:17). Su muerte instántanea fue espiritual y el efecto a largo plazo fue la muerte física. Y con la única excepción de Jesucristo, cada humano nacido desde ese día hasta hoy vino al mundo espiritualmente muerto como una macarela (Efesios 2:1) ¿Tiene un hombre muerto algo que ofrecerle a Dios? Romanos 8:8-9 claramente dice 

“¡No!”:

 

“Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios. Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él. (Reina Valera 1909, Énfasis mío)

 

La ecuación es realmente simple: la presencia del Espiritu Santo en el interior de uno = salvación. Y el corolario es: Su presencia = fruto demostrado en la vida. Ningun fruto – significa ¡que no hay raíz en Cristo!

 

¿Ha sido usted lanzado por la borda, y la única ancla que tiene está atada a su cuello? Si es así, en amor le sugiero que clame a Jesucristo y ruegue por misericordia. Lánzese a Sus pies y ruéguele que le extienda su gracia, viniendo hacia su vida y corazón. Olvídese de las promesas que usted ha hecho, porque usted no tiene absolutamente nada que ofrecer, excepto usted mismo. Y si usted hace negocios con El desde el corazón, su amor y obediencia es todo lo que El quiere de vuelta.

 

¿Como sabra usted si va a sobrevivir? Cuando la ballena le escupa en tierra seca, como lo hizo con Jonas, y usted “se dirija a Nínive” en verdadero arrepentimiento y fe, en lugar de continuar remando en ese bote naufragante que usted llama vida hacia el olvido.

 

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con Él, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. Él lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

 

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a el cómo Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

 

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación.

 

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.

 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.

Vuelva al índice de Artículos Pastorales