TITULO: HABLANDO CON DIOS

Subtítulo: ¡Dios Responde Toda Oración Del Creyente Genuino!

Yo sé que muchos de ustedes instantáneamente tomarán excepción del subtítulo, pero es un hecho absoluto e innegable. Dios—sin falta—responde toda oración de Sus hijos, pero la definición de “respuesta” es donde radica el problema con muchos cristianos profesantes. Ellos han estado escuchando a los “predicadores de prosperidad” y después de orar por un nuevo y brilloso BMW se ¡molestan porque Dios no responde! Cuando de hecho la respuesta instantánea era "¡No!"—Mientras la oración egoísta rebotó del techo—porque no tomó en cuenta Su voluntad--. Dios siempre responde nuestras peticiones con un, "Si," "No," o "Espera mas tarde" y El no está bajo ninguna obligación.

Existe mucha confusión sobre el siguiente pasaje de la Escritura:

"Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. [14] Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré " Juan 14:13-14 (RV).

A primera vista esto podría parecer una formula encubierta para recibir todo lo que deseamos. Lo único que tenemos que hacer es invocar el Nombre de Jesucristo y “¡taratataa!”, ¡se supone que aparezca! Cuando no lo hace, (lo que ciertamente es la norma), la falta de fe es reclamada por aquellos que enseñan tal disparate. Pero el error de tal enseñanza es la ignorancia del siguiente verso:

"Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye " 1 Juan 5:14 (RV, énfasis mío).

Si pedimos algo contrario a Su voluntad, El no escuchará y la respuesta es un “¡No!” automático. ¿Usted le prestaría atención a su hijo si el pidiera una pistola cargada para llevarla a la escuela para enseñársela a sus amigos? ¡Yo espero que no! Y tampoco Dios hará caso de tales solicitudes ridículas e infantiles de Sus hijos. Solo porque realmente las queremos no es de importancia porque Dios no nos malcría complaciéndonos con cada antojo. Las solicitudes son atendidas solo cuando coinciden con Su voluntad para nuestras vidas. Y mientras más pronto reconozcamos esto, mejor. Dios le prometió a los hijos de Israel en el Nuevo Testamento de que El los bendeciría tanto espiritualmente como materialmente si ellos obedecían Sus mandamientos, pero tal promesa no es dada en ningún lugar a los cristianos en el Nuevo Testamento. La que sigue es una de muchas promesas para Israel:

"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los Ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. [11] Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los Ejércitos".  Malaquías 3:10-11 (RV).

E incidentalmente, el diezmo “como tal” no es una obligación. Somos meros mayordomos a quienes Cristo va a confiarle de lo Suyo y somos grandemente bendecidos al no ser limitados a ¡un porcentaje para dar! El es complacido cuando usamos Su dinero y posesiones para promover y fomentar la causa de Cristo en la tierra. Y nos engañamos a nosotros mismos de bendiciones indecibles cuando actuamos como si nos perteneciera y lo usamos para propósitos puramente egoístas. (Vea nuestro artículo www.cuttingedge.org/sp/p112.htm para más detalles sobre el tema de la mayordomía.).

La oración es nada más complicado que hablar con Dios y erramos gravemente cuando tratamos de envolverla en una especie de fórmula y pensamos que estamos siendo muy piadosos por ello. El llamado “Padrenuestro” no estaba supuesto a ser una panacea de protección recitado sin entendimiento por jugadores de fútbol a punto de entrar a una competencia atlética, o recitada como una forma de penitencia después de la confesión o en ninguna de las aparentemente formas sin fin en la que ha venido a usarse. Fue dada a solicitud de los apóstoles cuando ellos le pidieron al Señor que les enseñase a como orar, como vemos en el siguiente pasaje:

"Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. [2] Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra. [3] El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. [4] Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal."Lucas 11:1-4 (RV, énfasis mío).

Pero nosotros no obtenemos un pleno entendimiento de lo que El les enseñó sin ver esta oración en el contexto grande de lo que El quería decir en Su Sermón del Monte:

"Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. [2] Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. [3] Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, [4] para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. [5] Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. [6] Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. [7] Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. [8] No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de que cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. [9] Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. [10] Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. [11] El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. [12] Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. [13] Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la Gloria, por todos los siglos. Amén. [14] Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; [15] mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas," Mateo 6:1-15 (RV, énfasis mío).

Aquella oración que ha venido a ser conocida como el “Padrenuestro” es una que Jesucristo nunca pronunciaría El mismo, porque El era sin pecado y no necesitaba perdón. Sería mucho más apropiado si la oración que el ofreció en el huerto de Getsemaní fuese llamada “El Padrenuestro”.  Pero sea cual sea el caso, la intención era que fuese un modelo para Sus discípulos mientras aprendían a orarle a su Padre celestial. Las "vanas repeticiones" debían ser evitadas porque los mismos judíos habían caído en el hábito pagano de cantar palabras sin darle mente a lo que se decía. ¿Intentaríamos nosotros conversar con nuestro Padre celestial utilizando tales métodos? Si lo hacemos, ¡probablemente El nos llevaría al psiquiatra para un chequeo! ¡Y es solo tan tonto de tratar de hablar con Dios al parlotear el equivalente espiritual de canciones de cuna! ¡HABLAR CON EL!!! Siendo reverente y respetuoso, pero derramando tu corazón a El en tu hablar de todos los días. Cuéntale los deseos más profundos de tu corazón y descubre tu alma ante El en amor y adoración. El sabe infinitamente más acerca de nosotros que nosotros mismos, así que a El no le estamos revelando ningún secreto—solo estamos poniéndonos se acuerdo con El acerca de la condición actual de nuestro corazón y vida. Eso es lo que significa la palabra "amén"— ¡estar de acuerdo con Dios! Use el pequeño acróstico A.C.A.S. (A.C.T.S. o “hechos” en inglés) como una ayuda en cuanto a acercarnos a El.

Ofrece primero tu Adoración. ¿No se emociona usted cuando alguien—especialmente tu propio hijo, o nieto—le dicen que le aman? La mayoría de nosotros fallamos miserablemente no diciéndole al Señor Jesucristo muchas veces cada día que le amamos y verdaderamente apreciamos todo lo que El ha hecho, y todavía está haciendo, por nosotros. ¡Se nos tiene que recordar a menudo de lo tanto que le debemos!

Después debemos de ofrecer nuestra Confesión. Dígale al Señor lo que hemos hecho en violación de Sus perfecciones—actos pecaminosos tanto de omisión como de comisión –no porque El no sepa de ellos, sino para estar de acuerdo en que eran malos y expresar nuestro dolor y arrepentimiento por haber hecho lo malo. Reclame 1 Juan 1:9 pidiendo perdón y limpieza y después:

Ofrezca Acciones de Gracias (“Thanksgiving’) por Su gracia y misericordia. Así como son apreciadas las expresiones de amor, a Dios le complace cuando le ofrecemos alabanza con un corazón agradecido. Después, y solo después, debemos terminar nuestras oraciones con:

Súplicas: Es demasiado frecuente cuando hablamos disparates ante Su trono de gracia y le rogamos egoístamente por cosas sin tomar el tiempo para ¡reconocerle apropiadamente por quien El es! Yo sé que la mayoría de nosotros--particularmente Americanos—no somos muy aficionados del concepto de realeza, pero nuestro Salvador es Rey de reyes y Señor de señores. Y aunque seamos Sus hijos amados y tenemos el maravilloso privilegio de acercarnos a El cuando queramos, le debemos la reverencia, cortesía y respeto que corresponde a Su exaltada y majestuosa Persona. Verdaderamente, como dice una parte de un Viejo himno conocido, "Que privilegio es el llevar todo a Dios en oración."

¿Está usted haciendo un uso apropiado de este bendito privilegio? ¿O admitiría usualmente que se presenta ante El buscando “señales y maravillas” y tratando de encontrar un milagro debajo de cada arbusto? Cuando el Señor hizo el comentario en Mateo 17:20 de que si los discípulos tuviesen fe "como un grano de mostaza" (la semilla más pequeña que conocían) podrían “mover montañas"--¿Qué quiso decir El? ¿Los estaba criticando por falta de fe o simplemente señalando que no tenían nada de fe? La respuesta se encuentra en el hecho de que no es innato en nosotros—ciertamente no nacemos con fe y si hemos de tenerla en algún grado, Dios debe suplirla. Este principio es expuesto en  Romanos 12:3, donde encontramos lo siguiente:

"Digo, pues, por la gracia (el favor inmerecido de Dios) que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno." (énfasis mío).

Nótese que todos no poseemos la misma cantidad. Dios da fe en proporción a la tarea que El requiere del individuo. Y si no somos capaces de “mover montañas” es porque no es la voluntad de Dios que lo hagamos. Lo que El requiere, lo suministra El. Más tarde, a esos mismos discípulos que no tenían fe les fue dada fe que obraba Milagros y ellos la utilizaron para la gloria de Dios autenticando el mensaje predicado. Los milagros daban prueba visual a una población mayormente ignorante de que lo que se les decía venía de Dios. Históricamente, el pueblo de Israel siempre ha andado por vista y no por fe (siguiendo la nube de Gloria “Shekinah” saliendo de Egipto es un buen ejemplo), por lo que esto era solo la última  "cuota" llevándolos a su Mesías prometido. Obviamente los milagros lograban poco en lo que concernía a la vida espiritual de Israel porque poco después ellos rechazaron a Jesucristo y lo asesinaron. Durante la fundación de la Iglesia en Pentecostés, Dios se encargó de que los milagros continuaran realizándose como un testigo temporero a los judíos porque los salvos de entre ellos serían el núcleo de la Iglesia primitiva—pero una vez el apóstol Pablo articuló la doctrina de que los cristianos han de andar por fe y no por vista (2 Corintios 5:7), los milagros perdieron su relevancia y cesaron. Por lo tanto, el buscar continuamente “señales y milagros” hoy al orar por ellas e interpretando cada recuperación de una persona gravemente enferma como un milagro es un intento de andar por vista--no por fe. Cuando lo vemos como debe ser, toda sanidad es una sanidad divina y un rasguño que no se infecta es en sí un milagro considerando las hordas innumerables de bacteria que vuelan encima de ella, pero colocarlo en la categoría de una “señal” de Dios no es sabio.

También debemos ser extremadamente cautelosos acerca de que “Dios nos habla” en oración. Mientras que esto sí le sucedió a los discípulos y a otros durante la transición entre le Ley y la Gracia, eso fue una revelación divina y obedecía a un propósito específico. El Nuevo Testamento estaba todavía en el proceso de ser escrito y la Iglesia tenía que depender de la directa mano de Dios para su instrucción. Una vez fuese completado el canon de las Escrituras y estuviese disponible por escrito para las varias iglesias, era la última Palabra de Dios para el hombre. Todo lo que necesitamos saber sobre asuntos espirituales está contenido dentro de sus páginas y cuando Dios nos habla es por este medio. Nosotros le hablamos por la oración y El nos habla a través de Su Palabra. Recibir impresiones de Dios durante la oración es una cosa, pero aquellos que insisten que El les habla con voz audible lo hacen sobre una base teológica tambaleante.

El engaño es la amenaza más grande que enfrenta la Iglesia hoy y debemos estar alertados de que Satanás da lo mejor de sí para poner la lana sobre los ojos de los creyentes para hacerlos ver las cosas a su manera. El emocionalismo en la adoración es una de las herramientas más efectivas  y cuando el puede seducir a un hijo de Dios a que deje de pensar y que comience a “sentir”—la batalla por el control de la carne se pierde. La oración misma puede convertirse en pecado cuando dejamos a un lado el pensamiento lógico y racional al ceder el intelecto al control de las emociones. Pablo claramente nos dice que en nuestra carne "...no mora el bien" (Romanos 7:18) y es nuestro enemigo espiritual. La emoción es tan natural como respirar y cuando se mantiene bajo control del intelecto no es espiritualmente dañina, pero si se le permite correr salvajemente—probablemente nada bueno saldrá de ello. Dios nunca es honrado por las ostentaciones de nuestra carne.

Somos exhortados por Pablo en 1 Tesalonicenses 5:17 a "orar sin cesar." ¿Significa esto que se supone que estemos de rodillas constantemente? Claro que no, pero a través de cada día debemos estar conscientes de la presencia del Espíritu Santo dentro de nosotros y buscar Su dirección en todas las cosas. Todo pensamiento nuestro es un libro abierto para El y necesitamos asegurarnos de que esos pensamientos sean aceptables a Sus ojos, manteniendo una actitud apropiada de oración—un diálogo de ir y venir entre mejores amigos. El verso 19 de 1 Tesalonicenses capítulo 5 dice, "No apaguéis el Espíritu." El apagar un fuego es ¡echarle agua y extinguirlo! El apagar el Espíritu Santo es el permitir que el pecado no confesado rompa la comunión y la comunicación. Para restaurar esa relación y reabrir la “línea telefónica” al cielo, debemos tomar la iniciativa y reclamar la promesa hecha en el siguiente versículo (referido anteriormente, pero no citado):

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. " 1 Juan 1:9 (RV)

Cuando estamos en relación apropiada con Dios, nuestras oraciones son escuchadas y respondidas de acuerdo con Su buena y perfecta voluntad. El Espíritu Santo ayuda a nuestro entendimiento de las Escrituras hablándole a nuestros corazones a través de ellas. ¡Recibir dirección espiritual por cualquier otro medio es jugar con fuego! El “misterio de la iniquidad" (2 Tesalonicenses 2:7) está a punto de estallar en plena floración y el aire está lleno de engaño espiritual tan grueso que uno casi puede cortarlo con un cuchillo. Ore constantemente por sabiduría divina y entienda que no podemos poner nada de confianza en nuestra carne. Proverbios 16:18 dice, "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”. Es nuestra oración que Dios le ayude a permanecer firme en estos días malos.

 Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con Él, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. Él lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

 

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a el cómo Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

 

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación.

 

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.

 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.

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